Halopedia
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"Cuando entreguemos a los seres humanos, tendremos el honor. Los Profetas nos verán con buenos ojos en el viaje final".

~Reth hacia Thel 'Vadamee [1]

Reth fue uno de los Kig-Yar rebeldes que se establecieron en Los Escombros con refugiados humanos. Fue el líder de las fuerzas Kig-Yar en este lugar, y formó un ejército Unggoy en la superficie de Metisette, un planeta del mismo sistema.

Biografía[]

Cuando la nave en la que había estado sirviendo se topó con Los Escombros, Reth recibió una comunicación de Peter Bonifacio para comerciar entre ambos. [2] Guardando esto como un secreto a su Maestra de Nave, tomó la grabación a Gran Caridad, donde se la presentó al Profeta de la Verdad. Dándose cuenta de que podrían utilizar eso para cartografiar a la población humana, Verdad autorizó a Reth para que empezara a comerciar armas del Covenant con los humanos, prometiendo que los Kig-Yar podían quedarse en Los Escombros, lo cual sería ideal para los nidos Kig-Yar. [3] Posteriormente, Reth regresó y ofreció comerciar armas modificadas del Covenant para los humanos a cambio de motores desliespaciales. Reth intentó instalar los motores desliespaciales en Incursores Kig-Yar construidos en Los Escombros, algo que Verdad le había negado. Bonifacio entonces comenzó a vender las armas a los Insurreccionistas de las Colonias Interiores, lo cual permitió que el Covenant las rastreara.

Como parte de su plan para hacerse con el control de Los Escombros, Reth comenzó a llevar varios Unggoy a Metisette, el cual contenía metano en su atmósfera, y formó un ejército en un lugar llamado El Reducto. [4] El Reducto fue un paraíso Unggoy con una construcción con piezas de comida en torno a una cascada de metano líquido. La institución del Protocolo Cole hizo que se condenara con la pena capital a quien tomara dichas armas de regreso a las colonias, lo que dificultó su uso, pero Reth pronto comenzó a conspirar con Bonifacio para conseguir las coordinadas estelares de la Tierra.

Sin embargo, algunas de las armas modificadas regresaron al mercado negro Kig-Yar de Gran Caridad, lo que llamó la atención del Profeta del Pesar. Sin conocer el rol de Verdad en su creación, Pesar envió a Thel 'Vadamee para cazar a los responsables. [5] El Destructor de 'Vadamee, el Retribution's Thunder, fue atacado por la nave Kig-Yar A Psalm Every Day cuando los Jiralhanae a bordo derrocaron a la Maestra de Nave Kig-Yar; de repente atacaron con naves de abordaje, y la nave salió a través de un vórtice estelar. Thel destruyó su nave cuando las fuerzas Kig-Yar se encontraban a bordo, y él junto a cuatro tripulantes del puente sobrevivieron a la explosión. Fueron capturados por los Kig-Yar, pero lograron escapar. Cuando creyeron que Reth era un rebelde, 'Vadamee, Zhar, Saal y Veer lo secuestraron desde El Reducto por información. [6] Luego, Saal lo torturó, negándose a creer que estaba siguiendo las órdenes de los Jerarcas desde que estuvieron bajo órdenes contradictorias. [7]

Reth escapó de prisión engañando a sus guardias Unggoy para que lo liberaran. Sabiendo que los Jiralhanae pronto volverían a Gran Caridad, Reth decidió iniciar la invasión para demostrar que era un leal seguidor. [3] Desafortunadamente, el Equipo Gris de SPARTAN-IIs estaba en Los Escombros y robó los datos de Bonifacio, y el Teniente Jacob Keyes utilizó los asteroides de Los Escombros para destruir El Reducto. Reth murió mientras trataba de escapar cuando Los Escombros se estrellaba contra El Reducto en Metisette. [8]

Curiosidades[]

  • El tesoro de Reth consistía de docenas de piezas de arte provenientes de todo el Covenant, con la posesión más valuada siendo un casco de práctica Sangheili. [9]

Lista de Apariciones[]

Fuentes[]

  1. Halo: El Protocolo Cole, página 230
  2. Halo: El Protocolo Cole, página 222
  3. 3,0 3,1 Halo: El Protocolo Cole, página 236
  4. Halo: El Protocolo Cole, página 197
  5. Halo: El Protocolo Cole, página 146
  6. Halo: El Protocolo Cole, página 214-217
  7. Halo: El Protocolo Cole, página 227
  8. Halo: El Protocolo Cole, página 328
  9. Halo: El Protocolo Cole, página 295

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